Para hacer frente a esta amenaza y tratar de reducir el calentamiento global y sus consecuencias, la comunidad internacional creó la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático con el objetivo de desarrollar medidas vinculantes de reducción de los GEI, creando en 1997 el Protocolo de Kyoto, que considera los seis principales GEI (dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hidroflourocarburos, perfluorocarburos y hexafluoruro de azufre).
La Huella de Carbono (HC) es una herramienta de la que disponen las actividades empresariales para poder valorar el impacto total, que su organización tiene sobre el clima en referencia a las emisiones de GEI.
Conocida la Huella de Carbono, las empresas disponen de información suficiente para poder plantear medidas de reducción y/o compensación de sus emisiones de GEI y, así, reducir su contribución al cambio climático global.
La Huella de Carbono describe la cantidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero causados directa o indirectamente por una organización, producto o evento, a lo largo de su ciclo de vida.
Es una manera para evaluar en qué manera se está contribuyendo al impacto del cambio climático. Es el primer paso para conocer las emisiones asociadas a un producto/servicio/organización y empezar a reducir las mismas de una manera efectiva.
La Huella de Carbono va más allá de la medición única del CO2 emitido, ya que se tienen en cuenta todos los GEI que contribuyen al calentamiento global, para después convertir los resultados individuales de cada gas a emisiones de CO2 equivalente.
La Huella de Carbono describe la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI) causados directa o indirectamente por: