El agua es un recurso básico imprescindible y escaso, tanto para la vida humana como para los procesos productivos, para los que con frecuencia es un recurso crítico. Conseguir una producción eficiente en consumo de agua, puede significar la diferencia entre que un proceso de fabricación sea viable o sea necesario abandonarlo.
El cálculo de la huella hídrica y la adopción de medidas para un consumo eficiente, que al mismo tempo minimice las necesidades de depuración de agua y los vertidos, es una tendencia imparable, que se encuentra en la base de una gestión sostenible.