La Comisión Europea, el pasado día 9 de abril, presentó una propuesta de Comunicación de la Comisión sobre un mercado único europeo de productos verdes (Communication on Building the Single Market for Green Products).
¿Cuál es el objetivo?
Cuando se realizó la consulta pública sobre esta iniciativa, las empresas europeas indicaron que la falta de coherencia era una de las barreras más importantes a la presentación y comparación del comportamiento ambiental, demasiadas iniciativas y variadas maneras de informar.
Por tanto, el objetivo principal de esta iniciativa europea es poder disponer de información comparable y rigurosa sobre el impacto ambiental de productos y organizaciones, para generar confianza tanto en los consumidores, como los inversores y otros grupos de interés. Ello contribuirá a reducir la incertidumbre actual sobre qué son un producto ecológico y una organización ecológica.
Para ello presenta dos metodologías para medir el comportamiento ambiental en todo el ciclo de vida de los productos y de las organizaciones: la huella ambiental de producto (HAP) y la huella ambiental de organización (HAO).
Dentro de dicho comportamiento ambiental se consideran un máximo de 14 tipos diferentes de impacto ambiental: cambio climático; destrucción de la capa de ozono; toxicidad humana con efectos cancerígenos; toxicidad humana sin efectos cancerígenos; partículas y aspectos respiratorios; radiación ionizante; formación de ozono fotoquímico; acidificación; eutrofización terrestre; eutrofización acuática; ecotoxicidad en medio acuático; uso del suelo; consumo de recursos – agua; consumo de recursos – minerales y combustibles fósiles.
Por el momento la Comisión recomienda el uso voluntario de esos métodos e invita a los Estados miembros, las empresas, las organizaciones privadas y la comunidad financiera a utilizarlos en las políticas voluntarias pertinentes y en las iniciativas relacionadas con la medición y comunicación del comportamiento ambiental de los productos y las organizaciones en todo su ciclo de vida.
¿Qué beneficios ambientales tienen los productos ecológicos y las organizaciones ecológicas?
Los productos ecológicos presentan un uso más eficiente de los recursos y provocan menos daños ambientales a lo largo de su ciclo de vida – desde la extracción de materias primas, pasando por su producción, distribución y uso, hasta el fin de vida (reutilización, reciclado y valorización) – que otros productos similares. Ayudan a reducir el daño ambiental, provocando una mayor satisfacción de los consumidores así como ventajas económicas para productores y consumidores gracias a un uso más eficiente de los recursos naturales.
Además las empresas ecológicas desencadenan más beneficios ambientales, porque mejoran sus procesos, influyen en los proveedores y en la cadena de suministro y generan innovación.
¿Y qué beneficios económicos?
Los productos ecológicos pueden ayudar a recortar los costes de los fabricantes durante la producción (menos recursos suponen menos costes de producción) o a los consumidores durante su utilización (p. ej. Etiqueta energética). Además, los productos ecológicos son más fáciles de reciclar o reutilizar por lo que contribuyen a una gestión de residuos mejor y más barata para la sociedad en su conjunto.
Una empresa ecológica tiende a situarse en la vanguardia de la innovación. Unos costes más bajos, una mayor productividad, la seguridad de abastecimiento y una menor exposición a riesgos ambientales hacen que las empresas europeas puedan disfrutar de una ventaja competitiva en materia de ecoinnovación.
Aunque la competitividad corre peligro. Según el informe Global Cleantech Innovation Index 2012 (Clean Teach y WWF), mientras países como Dinamarca, Suecia y Finlandia ocupan los primeros puestos, países como China e India ya están en mejor posición que los Países Bajos, Austria, Bélgica, Francia y España.