Comenzaremos por el principio ¿Qué es la RSE?
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es el fenómeno voluntario que busca conciliar el crecimiento y la competitividad, integrando al mismo tiempo el compromiso con el desarrollo social y la mejora del medio ambiente.
La creciente preocupación de la sociedad sobre los problemas de carácter ético, ambiental y social, hace que las empresas traten de abordarlos en profundidad, adquiriendo un compromiso permanente con todos los grupos de interés. Sobre todo cuando vemos noticias como estas….
El Informe de la Subcomisión Parlamentaria para promover la RSE dice:
“La responsabilidad social de la empresa es, además del cumplimiento estricto de las obligaciones legales vigentes, la integración voluntaria por parte de la empresa, en su gobierno y gestión, en su estrategia, políticas y procedimientos, de las preocupaciones sociales, laborales, ambientales y de respeto a los derechos humanos que surgen de la relación y el diálogo transparentes con sus grupos de interés, responsabilizándose así de las consecuencias y de los impactos que derivan de sus acciones”.
Pero ya sabemos qué pasa cuando se habla de voluntario, si a veces ni siquiera se cumple con las obligaciones legales.
En nuestro país, la Ley 2/2011 de Economía Sostenible incluye cambios en los tres vértices de la sostenibilidad, como son:
- la sostenibilidad económica (lucha contra el fraude, fomento de la innovación y la competitividad y la inversión responsable),
- la sostenibilidad ambiental (hacia un modelo energético sostenible, régimen de comercio de derechos de emisión, movilidad sostenible y protección ambiental),
- y sostenibilidad social (necesaria reforma del sistema educativo, junto a las reformas laborales y renovación del modelo productivo, y el fortalecimiento del estado de bienestar: dependencia e integración laboral).
El gobierno español a partir de las indicaciones dadas por la Comisión Europea aprobó, en 2014, la Estrategia Española de Responsabilidad Social de las Empresas y está en proceso de aprobación el Plan Nacional de Empresas y Derechos Humanos, con el fin de generar un conjunto de políticas que mejoren el impacto de las empresas tanto en España como en cualquier país tercero donde tengan actividad.
¿Para qué sirve la RSE?
La finalidad de incorporar criterios de responsabilidad social en la empresa no puede ser otro que el de caminar hacia la excelencia. Esta sería la finalidad “bonita”.
Las verdaderas ventajas de la responsabilidad social empresarial son las siguientes:
- Imagen y reputación de la compañía.
- Percepción de marca.
- Mejor relación con las comunidades locales o stakeholders.
- Oportunidades de comunicación.
- Credibilidad ante la sociedad.
- Fidelización de clientes.
- Mejor productividad.
- Gestión y prevención de riesgos.
- Acceso a financiación.
- Mejora clima laboral…
Además, la tendencia mundial demuestra que los inversores se dirigen hacia empresas socialmente responsables, sostenibles y rentables para aplicar sus recursos.
Para ello, los índices de sostenibilidad recogen las empresas con mejor comportamiento social, económico y medioambiental y el rendimiento de aquellas inversiones que incorporan criterios de responsabilidad social.
En la evaluación de las compañías estos índices evalúan los tres índices de la triple cuenta de resultados atendiendo a los siguientes principios:
- En el campo económico: La gestión de los negocios, la asunción de los códigos de buen gobierno, transparencia y el cumplimiento de la legislación son la base principal que sustenta el desarrollo de las compañías. Otro de los elementos es el saber identificar y gestionar los riesgos del negocio, de los procesos, del sector y las posibles crisis en las que la empresa pueda estar implicada.
- En el campo medioambiental: la gestión del ambiente, el desarrollo de la ecoeficiencia y la información medioambiental.
- En el campo social: las empresas que valoren la filantropía y la prestación de acciones sociales para el desarrollo de países y colectivos, que internamente posean información de sus resultados en el campo de recursos humanos e informen de sus resultados en el campo social estarán más adaptadas y serán mejor valoradas por las administraciones y la sociedad civil.
Los directivos de las empresas deberían empezar a tomarse en serio la incorporación de los criterios de RSE en su gestión diaria.
La “DIRECTIVA 2014/95/UE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 22 de octubre de 2014 por la que se modifica la Directiva 2013/34/UE en lo que respecta a la divulgación de información no financiera e información sobre diversidad por parte de determinadas grandes empresas y determinados grupos” obliga a:
- Que tienen que hacer informe anual de gestión todas las empresas de más de 500 empleados, que tengan un balance superior a 20 millones de euros o un volumen neto de negocio superior a 40 millones de euros en dicho ejercicio, y que además sean entidades de interés público.
- Deberán informar sobre las siguientes cuestiones:
- Impacto medioambiental: información detallada sobre los efectos actuales y previsibles de las actividades de la empresa en el medio ambiente, y, en su caso, la salud y la seguridad, el uso de energía renovable y/o no renovable, las emisiones de gases de efecto invernadero, el consumo de agua y la contaminación atmosférica
- Sociales y de empleados: medidas adoptadas para garantizar la igualdad de género, la aplicación de convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo, las condiciones de trabajo, el diálogo social, el respeto del derecho de los trabajadores a ser informados y consultados, el respeto de los derechos sindicales, la salud y seguridad en el lugar de trabajo y el diálogo con las comunidades locales, y/o las medidas adoptadas para garantizar la protección y el desarrollo de esas comunidades
- Derechos Humanos
- Lucha contra la corrupción y el cohecho
La directiva deberá transponerse en los estados miembros antes de mayo de 2016, lo que en la práctica supondrá que el primer ejercicio que será de aplicación sería 2017, de no acelerarse el proceso en el estado miembro.
La Directiva permite que las empresas puedan apoyarse en marcos nacionales, europeos o internacionales ya establecidos –especificando en el estado no financiero qué marco o marcos se han seguido en concreto-, a más tardar el 6 de diciembre de 2016 y tras consulta a las partes interesadas, la Comisión Europea publicará directrices no vinculantes sobre la metodología aplicable a la presentación de información no financiera, que incluirán unos indicadores clave de resultados no financieros, de carácter general y sectorial, con el fin de facilitar la divulgación pertinente, útil y comparable de información no financiera por parte de las empresas.
En el informe de Forética 2015 sobre el estado de la Responsabilidad Social de las Empresas (RSE) en España, bajo el subtítulo “Ciudadano consciente, empresas sostenibles” se indica que 2015 se presenta como el inicio de una nueva etapa para la RSE.
¿Tu empresa está preparada?